jueves, 26 de abril de 2012

TEMA 4

V. Kandinsky (2003) De lo espiritual en el arte.
capítulo 8 "EL color"

      
LOS EFECTOS DEL COLOR
Al contemplar una paleta llena de colores obtendremos dos resultados:
 1. —Un efecto puramente físico: la fascinación por la belleza y las cualidades del color. Se trata pues de sensaciones físicas que, como tales, son de corta duración, superficiales y no dejan una impresión permanente en el alma. De la misma forma que al tocar el hielo sólo se siente el frío físico y se olvida esta sensación cuando el dedo se calienta de nuevo, así desaparece el efecto físico del color al apartarla vista.
      2. —el efecto psicológico producido por el color. La fuerza psicológica del color provoca una vibración anímica. La fuerza física elemental es la vía por la que el color llega al alma. Cabe plantearse si este segundo efecto es realmente directo, como suponemos más arriba, o se produce por asociación. Al estar el alma inseparablemente unida al cuerpo, es posible que una conmoción psíquica provoque otra correspondiente por asociación. Por ejemplo, el color rojo puede provocar una vibración anímica parecida a la del fuego, con el que se le asocia comúnmente. El rojo cálido quizá sea excitante, hasta el punto de que puede ser doloroso, por su parecido con la sangre.
      Los sentidos: Podríamos deducir, por ejemplo, que el amarillo claro produce una sensación ácida por asociación con el limón. Sin embargo, no es posible generalizar este razonamiento. Respecto al sabor del color, concretamente, hay varios ejemplos en los que no se puede aplicar. Otra explicación, sería que, precisamente en los seres más sensibles, los accesos al alma son tan directos y las impresiones sobre ésta tan inmediatas, que el sabor le alcanza inmediatamente produciendo vibraciones en las vías que la unen con otros órganos sensoriales (en este caso el ojo). Sería una especie de eco o resonancia como la que se produce en aquellos instrumentos musicales que sin ser tocados directamente vibran al unísono con otro. Los seres tan sensibles serían como los buenos violines muy usados, que con cada ligero contacto del arco vibran en todas sus partes y partículas. Si se acepta esta explicación, tendremos que admitir también que la vista no sólo está en relación con el sabor, sino también con todos los demás sentidos. Y así ocurre en efecto. Algunos colores parecen ásperos y erizados, y otros son como pulidos ya terciopelados e invitan a la caricia (como el azul ultramarino oscuro, el verde óxido
     Influencia directa sobre el alma. El colores la tecla, el ojo el macuto, y el alma es el piano con sus cuerdas. El artista es la mano que, mediante una u otra tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana. La armonía de los colores debe fundarse únicamente en el principio del contacto adecuado con el alma humana, es decir, en lo que llamaremos el principio de la necesidad interior.

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